Buscando Mas (La Felicidad Está En El Sol)

miércoles, 10 de agosto de 2011

Paseando facturas

(Es un cuento - semi-monólogo sobre los saludos con tintes humorísticos-críticos)


Pas(e)ando facturas

Me mire en el espejo del pasillo, esa brisa matutina iba a despeinarme de todas maneras. Abrí la puerta de mi casa, debía ir a la panadería de la esquina por las facturas, era domingo.
Cinco personas en la fila, la ultima era Cacho, que se dio vuelta al sonar la campanita de la puerta.

- Pancho! Todo bien?
- Bien.
. . .
Ah, por cierto, debo confesarte algo, toda las veces que dije que estaba bien en realidad estaba mal, solo respetaba la formalidad del saludo. Aunque si siempre estuve mal entonces eso se transforma en el parámetro de normalidad, por ende supongo que todo esta bien. Olvídalo.
- . . .
- Siguiente
- tres rosqui . . .
- Pancho, ¿como anda? Que raro usted por acá, siempre viene su señora..
- ..Que descriptiva.. tres rosquitas.
- Si, ¿que mas?
- Nada más.
- ¿Cómo nada mas? ¿Tres rosquitas nada mas va a llevar?..
- ¿Hay algún problema?
- No.. pero como siempre su señora compra una docena..
- . . .mi señora se fue a Buenos Aires a cuidar a su madre que está internada, mi 2 hijos están de campamento, ¿Usted que se cuenta?
- . . . . .aca.. trabajando..
- Pero cuénteme algo de su vida privada.. siempre chusmea la vida de sus clientes pero de usted no habla nunca. Ahora que es viuda ¿con quien se acuesta?
- . . .
- Ah, espere, ¿sabe que? Me importa un carajo. Tres rosquitas.

       Pase por delante de las tres personas que estaban esperando su turno y salí nuevamente a la calle. Perfilé mi caminata hacia mi casa que se ubicaba a mitad de cuadra. Frente a ella vi que venía caminando el hijo del gallego. “Este nunca me da bola” pensé mientras nos acercábamos al cruce.

      “¿Qué hago lo saludo o no? ¿el me saludará? Levanto la mirada, 10 metros. Miro el piso ¿Me habrá visto ya o me está ignorando? ¿y si paso mirando el piso? Levanto la mirada, 3 metros. ¿Lo saludo o no?”

    - ¿Cómo va Pancho?

    Cruce por su costado cuando lo dijo.
    Me saludó con una relajada sonrisa mientras ambos seguimos caminando.

    - Mal.

     Me detuve y giré lentamente.
     El flaco siguió de largo. Vi que atinó a detenerse, vaciló su paso y finalmente se detuvo en seco.
     Cuando creí que se daría vuelta para preguntarme “¿Por qué?” o algo por el estilo, retomó su recorrido.
     Hubiese pagado por ver su cara ante tan inesperada respuesta. Vaya momento incómodo le hice pasar.    La curiosidad mató al gato.. ¿Para que preguntan si no les interesa la respuesta?..
     Me di vuelta para retomar mi camino y ahí vi a Pocha que estaba saliendo, no iba a alcanzar a meterme en casa sin que me vea..

     “¿Le digo hola o chau? ¿hago que estoy buscando la llave?”

Min. 11:15:13 am  :
- Hola Pancho. – Chau.
Min. 11:15:14 am.

     Giré rápidamente la llave en la cerradura y entré a casa.

- Hola amor..
- Hola..
- como estas?
- de pie. Emm como era? Ah, si “bien”
- . . .
- . . .
- ¿Y a mi no me vas a preguntar como estoy?..
- “¿Cómo estas?”
- Bien.. mhh ¿que haces con esa bolsa?
- Fui a la panadería, solo alcance a comprar tres rosquitas, que costaron un peso con quince centavos y cinco dólares de información privada. No soporte hasta las de dulce de leche. Lo siento.
- ¿?..
- Olvídalo. Me voy a leer los clasificados.
- ¿Pero no íbamos a elegir el color para el cuarto?
- Ya no hay tiempo, quizás si elimináramos toda esta “antesala” o conversación rutinaria, repetitiva y previsible como es “el saludo” tendríamos tiempo para las cosas que en verdad importan.

Entré al living y me recosté en un sillón. Mientras leía el rubro 59 la puerta se abrió y entraron corriendo mis dos hijos.
Termine de leer la pagina y levante mi mirada, ahí estaban, mirándome fijamente, como esperando que les preguntase algo.

-Hola..
-Hola! - Hola!
¿No nos vas a preguntar como nos fue en la prueba de matemática?
-Emm pero eso sería una pregunta sin respuesta alguna. “¿como te fue? ¿Como te fue?”, “¿Cómo te fue en el examen?” no, eso no se puede responder, primero que no sabes como te fue porque no conoces aun el resultado y después no se por que esa tendencia a etiquetar y homogenizar todo bajo una palabra “bien”, “mal” malditos simplistas…
- Pancho! No les hables así a los chicos!!
- Cállate que es culpa tuya..

El sonido del timbre se esparció por toda la casa. Visitas..
Eran mis suegros. Escondí las rosquitas dentro de los clasificados y los clasificados debajo de un libro de Laiseca.

“¿no llegaban el lunes?..maldita privatización de aerolíneas..”

-         Hola hola, en que anda mi yerno favorito?!
-         Papa..!
-         Que es broma niña !

      Me levante del sillón.

-         Jeje.. me agarra leyendo el diario..
-         Venga a saludar que soy su suegra, no muerdo..

      “desde cuando los vampiros se confiesan..”
      Me acerque a la puerta. Ahí estaba ella, frente al espejo del pasillo, y se reflejaba ! Como era posible?!

Min. 11:26:13 am  :
“la saludo con un beso en la mejilla? Mm si, espera, son españoles, ¿serian 2 besos?”
Min. 11:26:15 am.

Me acerqué para darle los dos besos. A mitad de la acción la mire y vi que estaba estirando la mano.
Claro offside. Controlando mi equilibrio trate de retroceder con disimulo, luego de haber desconfigurado mi trompa y tomando su mano le doy un beso en ella.
      . . .
“bien, no estuvo tan mal.. para algo sirvió haber visto el paseo de la Reina Isabel en el canal español, además de para ahorrarme las pastillas para dormir, claro.”

      Ahora restaba el señor, el “Toto”, mi suegro.

“¿lo saludo con la mano o le doy dos besos en la mejilla? Con la mano, a lo hombre!”

Estiré mi mano y el acercó su rostro al mió viendo mi mano. El, solidariamente, estrechó su mano con la mía, mientras yo le daba un beso en su mejilla. Digamos que fue un doble saludo..
Luego de ese momento incómodo, mis suegros, mis hijos y yo nos encontrábamos en los sillones del living, es decir, otro momento incómodo, aunque ya era costumbre, si hubiese habido un momento cómodo me hubiese sentido incómodo de todas maneras.
De repente mi mujer se asomó desde la cocina.

-¿La ensalada de que la quieren? ¿Que le pongo?

Min 11:33:41 am:
- Lechuga y tomate. - Tomate, lechuga y rabanitos. – Repollo, tomate y zanahoria
- Arvejas, papa y mayonesa.
Min 11:33:43 am.

Yo solo moví mi cabeza horizontalmente. Negando, no entendiendo, buscando explicaciones de por que la gente en el siglo veintiuno seguía haciendo preguntas grupales. ¿Qué esperan cuando las hacen?
3 posibles resultados: 1) Contestan solo algunos, dejando de lado la democracia. 2) No contesta nadie para no interrumpir al otro. (muy probable entre seres racionales). 3) Contestan todos y no se entiende nada de lo que dijo cada uno (muy probable entre seres egocéntricos).
Ninguna de las 3 posibilidades me parecían dignas para el actual tiempo.

En fin, las despedidas tampoco son cosa sencilla, así que váyanse al carajo.





Derechos copyright : no se permite su reproducción sin consentimiento del autor.
Autor: yo.

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